Un jarabito, por favor.

Un hombre entra en una farmacia y dice:
-¿Podría darme un jarabito? Es que tengo una tos...
-¿Jarabito? Aquí de eso no tenemos, aquí tenemos jarabazo.
Va el farmacéutico a la rebotica y sale haciendo rodar por el suelo una botella de jarabe del tamaño de un barril de cerveza ante la sorpresa del cliente.
-¿Desea algo más?
-Sí... Bueno, mejor no. Tenía que comprar unos supositorios, pero ya los compraré en otro lugar.

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