Un avión estaba lleno de locos y ninguno se callaba. Entonces el piloto le dice a la azafata:
-Ya no se que hacer para que se callen. Haz tu algo a ver si se callan.
A los 15 minutos ya no se oye nada de nada.
Cuando vuelve la azafata a la cabina le pregunta el piloto que hizo para que se callasen.
-Pues lo más fácil del mundo, les abrí la puerta del avión y grité: ¡Recreo!
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